Un equipo científico internacional liderado por Rodrigo Cunha, PROFESOR DE NEUROFARMACOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE COIMBRA (Portugal), que demuestran el efecto antidepresivo del café. Esta capacidad se debe al efecto de bloqueo que ejerce la cafeína sobre los receptores de adenosina A2A de las células del cerebro. Estas moléculas se encuentran en la membrana exterior de las células y tienen la misión de transmitir mensajes hacia el interior, regulando neurotransmisores importantes como el glutamato o la dopamina que regulan actividades importantes como el comportamiento, cognición, actividad motora, motivaciones, el sueño, el humor, aspectos de la atención, del aprendizaje,… La cafeína se fija en estos receptores y los deja inactivos.

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